
Por el Dr. Ernesto Crescenti (*)
El vitíligo es una enfermedad que provoca la aparición de manchas blancas en manos y rostro, que en ocasiones pueden extenderse a otras partes del cuerpo, como extremidades, ojos, alrededor de la boca, orificios de la nariz, y zonas genitales.
Es una enfermedad estética donde los melanocitos -células que producen el color o el pigmento de la piel- dejan de trabajar y dan lugar a las características manchas blancas. Aunque se desconoce su origen, una gran cantidad de pacientes han notado la aparición de las manchas después de haber estado bajo estrés físico o emocional.
Aproximadamente un 1 por ciento de la población mundial sufre de vitíligo, sobre todo se encuentra en las razas que tienen mayor pigmentación en la piel, y en mayor medida ataca a las mujeres.
Las primeras apariciones de las manchas suelen darse entre los diez y los treinta años, y según el paciente, el vitíligo avanzará lentamente al cabo de muchos años u ocurrirá rápidamente.
Para lograr la detección de esta enfermedad el médico se basará en los antecedentes clínicos y familiares, un examen físico, para eliminar la posibilidad de que existan otros problemas médicos, y pruebas clínicas, que incluirán la toma de una pequeña muestra de la piel afectada, un análisis de sangre y un examen de los ojos.
Desde la comunidad médica y las asociaciones de pacientes con esta enfermedad se indica que una de las tareas más importantes y difíciles de quienes poseen vitíligo, es aceptar su enfermedad y asumirla, ya que es una patología que afecta al aspecto físico y puede resultar complicado de explicar para quien no la conoce.
La estigmatización del paciente y la enfermedad puede ser la barrera más difícil de romper a la hora de la curación. El desconocimiento puede afectar demasiado a los pacientes, por lo que es recomendable confiar en el médico y en el dermatólogo, así como acudir a terapia si fuera necesario.
(*) MN: 50.776, médico, investigador y director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”.